La idea central de Vivaldi es que sea un navegador que se adapta al usuario y no al revés, por lo que toda su interfaz es personalizable, así como otro aspectos de apariencia y funcionalidad. En particular, los atajos de teclado poseen un menú personalizable para los maniáticos de la velocidad.
Como novedad, Vivaldi introduce el apilamiento de pestañas, una forma de organizar el caos agrupando varias pestañas abiertas en una sola, dividiendo la pantalla. Además, posee una funcionalidad para guardar notas, enlaces y capturas de pantalla mientras se navega, todo organizado dentro del navegador mismo. Incluye un cliente de correo interno llamado M3 y paneles web para mantener a la vista contenido interactivo o actual, como noticias y conversaciones por chat.



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